martes, 8 de junio de 2010

La energía del deseo






Aristóteles, Félix Guattari, Suely Rolnik y Francis Díez.
"Deseo. Cartografía imposible" Doctor Deseo 2010.

Recuerda Doctor Deseo que Aristóteles ya afirmaba que la energía motriz del universo es el deseo. No todos los días se levanta uno conociendo que uno de sus grupos favoritos no es Socrático o Platónico, y que por contra es Aristotélico; esta toma de partido filosófica me da que no se podría trasladar al 100% de los grupos o artistas que ocupan las principales listas de las radio-fórmulas y que nos machacan los oídos permanentemente con melodías pegajosas.

El deseo, esa palabra tan compleja y tan simple, tan fácil y tan difícil, tan esperada y tan fracasada, esa palabra que forma parte del propio ser humano, del propio concepto del hombre. Para Sócrates éste era la virtud, entendida ésta como la actuación correcta. El hombre es un ser racional que puede contestar a todo racionalmente. Para Platón la esencia del hombre es su alma y el cuerpo es un instrumento puesto a su servicio, es decir, un alma racional en un cuerpo material. El alma si recordáis para Platón tiene tres partes: la concupiscible -el deseo-, la irascible -las pasiones nobles- y la inteligible -la razón-; el deseo para Platón no es más que un "error" que no permite desarrollar a sus otras dos compañeras, la inteligencia y el valor.

Pero un buen día llegó Aristóteles -unos cien años después más o menos- y se percató que alma y cuerpo son el propio concepto del hombre, el deseo se convierte en el combustible y no en el catalizador de nuestras vidas, el fin último es el "primer motor" y el deseo el origen de todo movimiento que no precisa acción. Para Freud la pelea entre el "ello" -el puro deseo- y el "superyo" -la pura racionalidad- es lo que se aglutina en el "yo". Para el budismo el deseo genera una energía "karma" que mantiene al hombre atado al ciclo de las reencarnaciones, sólo la ausencia de este deseo crea un estado de iluminación que se denomina "nirvana". Así pues, todos los filósofos en cualquier época o ubicación se han dado cuenta que el deseo de una forma o de otra influye en el propio concepto del hombre.

"Deseo bañarme en tu flujo, robar tu mirada, deseo, cartografía imposible"

Es por tanto al igual que para Doctor Deseo o Aristóteles mi "primer motor" el deseo, intentar escribirlo o trazar un mapa con el mismo es tarea imposible, es la pulsión del deseo la que traza caminos, la que sortea ríos y depresiones, busca puertos donde reposar y construye ciudades, pueblos o resguardos en una "cartografía imposible".

"¿Qué hacer? y toda la realidad cantaba y cantaba que no, no hay luna ni estrellas, ni sol por la mañana en el atrezzo de esta historia un agujero negro nos arrastró hasta el fondo de la noche más bella"

Doctor Deseo cita en el título de su disco a Félix Guattari -psicoanalista y filósofo francés que sostiene ue los objetos del deseo se determinan como una realidad cotidiana en la sociedad y en la economía política, todo se mueve por el deseo- y Suely Rolnik -psicoanalista y ensayista brasileña discípula de Guattari que publicó: "Cartografía sentimental: transformaciones contemporáneas del deseo" y "Micropolítica. Cartografía imposible del deseo" entre otras publicaciones-, ambos dos parten de la teoría de las pulsiones de Freud que a diferencia de Jung sostiene que la satisfacción del deseo se busca por medio de un objeto.

"Deseo que contra toda razón quiso encarnarse en tu cuerpo"

Es la cartografía del deseo un mundo por descubrir, un mapa sin definir que sostiene la energía y la emoción que sentían los descubridores cuando buscaban nuevos mundos y espacios desconocidos, el deseo de ser los primeros y donde la misma fuerza que les aterrorizaba les daba valor y energías para seguir adelante:

"El viento que tensa mis velas, la lluvia en tus ojos llorando naufragios, peligro que salva, ay, cuando no te escuchono sé la diferencia entre morir y estar vivo"

Doctor Deseo trae la esencia Aristotélica y de Guattari a su mundo del deseo, un mundo en el que los cuerpos se rozan e intercambian fluidos, donde el sexo tiene su esencia en sí mimo y no en los protagonistas, donde la carnalidad es el objeto que nos lleva a encontrar la satisfacción del deseo, es decir, de nuestra parte más irracional, un mundo que sabemos que existe pero que no tiene fronteras y si las tiene son las que la moral social impone, un mundo por luchar y por descubrir, una ruta a trazar en un mundo irracional que mueve nuestras vidas racionales, la vida del inconsciente-consciente:

"Deseo tatuado en tu piel, brillando en mis ojos, nacido en el mar de los sueños que busca tus playas"

Una vez más, Doctor Deseo va un paso más allá de la superficialidad y se convierte en el objeto de nuestro deseo, un deseo que que llevan recorriendo desde sus origenes y que en este disco exploran monográficamente, un deseo que nos llena de energía.

No malgastes energías si no son fruto de tu deseo.


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