miércoles, 29 de diciembre de 2010

El espíritu de la Navidad también en crisis I



Que no tengo espíritu navideño es ampliamente conocido por todos los que me rodean, lo que me asombra es que a todo el mundo parece que se le está agriando un poco la navidad, al menos por fuera. Antes, cuando llegaba a casa por la tarde-noche del trabajo, mientras recorría la ciudad en mi coche por un camino deseado aunque repetido día a día, mis ojos se extrañaban al ver sobre ventanas y balcones luminarias de lucecitas de colores intermitentes, papa noeles de luces chillonas y reyes magos trepando por las ventanas. Así era balcón tras balcón, ventana tras ventana, edificio tras edificio, parecía que los extraños seres que las colocaban se turnaban celosamente para colocarse tres en un bloque, cuatro en el de enfrente, seis en una torre de pisos alta, para que al estar repartidos siempre pareciesen más.


Pero cuando llegaba a casa, mi vecino de enfrente se llevaba la palma, cuando daba la vuelta para encarar la calle que me lleva al hogar se divisaba lo que podría parecer una pista de aterrizaje para ovnis, luces y luces rodeando el balcón, las columnas, las paredes. Conforme te acercabas, todavía daba más miedo no fuera que un avión despistado al ver tantas luces decidiera aterrizar justo enfrente de mi casa, siempre pensaba que al llegar me encontraría a Mulder y Scully preguntándome mientras abría la puerta de casa si conocía al vecino y si era de alguna secta. Durante años en navidad he tenido que vivir con el reflejo de esas lucecitas en la ventana de mi dormitorio, y en la plena oscuridad como si se tratase de la luz que desprenden los pilotos de miles de móviles en la noche, algo me recordaba que estábamos en navidad.


Ahora recorro el mismo camino y apenas, y digo bien apenas, se encuentra alguna ventana en la que hayan colocado las lucecitas navideñas, y es más, mi vecino este año ha optado por prescindir de las luces y apenas a colocado tres reyes descolgándose del balcón, y ninguna luz, ni la de un árbol de navidad en el interior de la casa se divisa. Será la crisis la que mata el espíritu navideño, o será la factura de la luz que sube, o será que ya no se gana lo mismo que antes ni con la misma alegría se gasta lo que no se tiene, o será que están puestas pero no las encienden para que no gasten, apenas unos minutos en nochebuena y fin de año, no sé lo que será ya que yo no tenía espíritu navideño antes, pero lo que está claro es que algo le ha pasado a la secta que antes colocaba lucecitas de navidad en los balcones. Mi cuñado Esteban en Vitoria (por cierto, felicidades que hace nada ha sido su santo) pertenece a esta secta, este año no podremos ir a Vitoria pero estoy convencido que él no habrá fallado a su cita con el espumillón y los kilovatios de luz navideña de colores.


Con todo esto, sólo se ha acentuado mi espíritu anti-navideño, entender que el dinero es el que movía las luces de navidad, me reafirma en esta etapa teñida de hipocresía y de buenos deseos, que yo sepa el amor y el cariño no tienen nada que ver ni con el capitalismo, ni con las crisis, ni con nada. Gracias a todos por no poner luces este año, y principalmente a mi vecino.

8 comentarios:

  1. Pues es verdad, ya no se ve tantos adornos en las ventanas y nuestro vecino se ha moderado una barbaridad para alegría nuestra.
    Supongo que la crisis es la principal causante aunque es verdad que la solidaridad, la bondad, los buenos deseos, el amor...etc deberían estar presentes todo el año (y seguro que está presente en muchas personas todo el año pero en otras...., yo creo que en otras ni en Navidad)

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  2. Hola David:

    Imagino que es como apuntas, que en la Navidad, desgraciadamente, hay mucho de pose y poco de trascendente. A mi también me da miedo pensar que cada año que pasa soy menos idealista y más masa, lo cual, siendo Cristiano como me considero, me genera grandes comeduras de tarro.

    Un fuerte abrazo

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  3. Gracias Fernando, triste, pero cierto lo que dices, los valores de la Navidad que se implementan siempre son los de ornato y florituras, nadie (casi nadie por ser justos) entiende por Navidad incorporar la costumbre del pobre en la mesa o la de ayudar al que tienes al lado arropándolo de cariño. Malditos publicistas.

    Un gran abrazo de cariño for you

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  4. Pues fíjate que yo pensaba que era el efecto "ya ha pasado de moda". Recuerdo el año que empezaron a verse unos poquitos Papá Noël en las fachadas de las casas, era un detalle muy novedoso, original y llamativo, hasta casi elegante.
    Pero al año siguiente TOOOOODO EL MUNDO colgó su propio Papá Noël en las ventanas y balcones de sus casa, y era para volverse loco. El detalle no tenía ya nada de llamativo ni de original, y aquello parecía más bien una invasión de hormigas con visos de pesadilla. Lo curioso es que la gente ha seguido colocando esos muñecos durante años.
    Y creo que, POR FIN, la gente se ha dado cuenta de que el detalle estaba muy pasado de moda ya, y ha decidido no seguir usándolo.
    Esta es mi teoría, sin ninguna base científica, claro.
    Besos, mayordomo.

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  5. Asumo tu conclusión científica como propia y espero que siga siendo así durante muuuuuuchooooossss años, que yo sepa los trepamuros no son muy navideños que digamos.

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  6. Zunilda opina:Hola David coincido contigo en algunas cosas de las cuales somos responsables solo nosotros por no entender el mensaje de la navidad.Ese día es el nacimiento de Jesús,Dios Hijo,por lo tanto es un cumpleaños y deberíamos festejarlo como tal.Adornando en primer lugar nuestro corazón con buenos valores ,compartiendo con quien menos tienen y los adornos callejeros a los que te referís son para no olvidar una fecha tan significativa para los cristianos.Para terminar opino que el cambio se produjo por la pérdida de valores humanos,priorizamos lo material y no lo moral

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  7. Comparto contigo Zunilda que priorizamos lo material a lo moral, más allá de la religión que cada uno procese, la gente se agarra a lo superfluo en lugar de quedarse con los buenos sentimientos que son sin coste ninguno.

    Gracias amiga.

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