jueves, 2 de diciembre de 2010

El inescrutable mundo de la limpieza. Parte III


Continuamos y acabamos.


11/ Las lavadoras del negro, del blanco y todo de vuelta
He descubierto que poner una lavadora no consiste en intentar encestar la ropa en el agujero de la lavadora desde el cubo de la ropa sucia, para empezar, poner una lavadora es puro racismo, se separa lo negro por un lado (toda mi ropa), lo blanco por otro y lo de color por otro, y lo peor de todo es que nadie interviene de oficio, pero bueno sus razones tendrán los que ponen lavadoras todos los días. Una vez separados por color hay que darle la vuelta a las prendas, todo con la etiqueta para fuera, no sé el por qué, pero así me lo han enseñado y esto para mi es fe. Una vez que la ropa tiene el mismo color y se le ha dado la vuelta se introduce en la lavadora, con cerebro, no consiste en meterla toda (la ropa), consiste en meter sólo la que entre dentro (de la lavadora), si lo logras, cierra inmediatamente y comprueba que has cerrado y no te has pillado el pantalón o la camiseta con la puerta, ya que empezarás a dar vueltas como un loc@ cuando se ponga en marcha la lavadora y lo peor llegará en el centrifugado. Comprobado esto, se abre el cacillo y se depositan las "megaperls", las "superperls" o el oxígeno activo, luego el suavizante, ¡ojo con el suavizante! no se puede comprar cualquiera, algunos dejan color y no huelen bien, en casa sólo entra el morado de agua refrescante. A la derecha de la lavadora hay una ruleta con un montón de grados y números, a mi sólo se me permite a "30° Normal" y por si acaso no pregunto más.


12/ Tender a algo, no es lo mismo que tender algo
Una vez transcurrido el lavado hay que ponerse delante de la lavadora y esperar a que pare, según me dicen si la ropa se queda en la lavadora se arruga, y dado que en casa se plancha lo menos posible (o sea nada) la palabra arruga es como tabú. La lavadora para de repente y allí me quedo esperando unos interminables 30 segundos a que pueda abrir la puerta, cuando se puede abrir procedes a tirar de la ropa que hay en el interior al exterior, imposible que no se caiga nada en el suelo, así que antes procede a dejar bien limpita la superficie de solado de enfrente de la lavadora, ya casi tienes todo apretado sobre tu pecho, cuando se cae un calcetín, te agachas a cogerlo sin doblar la espalda para que no se caiga nada y lo coges sin problemas, pero al levantarte se cae una toalla, al intentar cogerla se cae una camiseta y así te pasas un rato, hasta que optas por tirarla toda al suelo y cogerla tipo escavadora. Ahora la llevas a tender si es en exterior recuerda que a veces hace viento y las pinzas sirven para algo, si tiendes en interior recuerda que la ropa tiene que estar tendida, en el suelo no se seca. El cómo poner la ropa en el tendedor es todo un misterio, la ropa no se puede tender así a la primera que te viene, cada prenda tiene su posición que evita dejar marcas y las pinzas tienen que estar en su sitio, no vale en cualquier lado. Por favor, si alguien tiene un manual de tender ropa que lo socialice.


13/ Doblar la ropa o quedarte doblado
Si has tendido bien la ropa, ahora toca doblar la ropa, la verdad que ésta es de las tareas más fáciles que he realizado, doblar un pantalón o una camiseta si que entraban dentro de las lecciones maternas. Pero, ¿por qué no puedo doblar dos camisetas igual?, doblo una y el cuello se va para un lado y me queda con forma de rectángulo, doblo otra y me queda con forma de cuadrado. Cómo hecho de menos esos inventos de los japoneses que salen en la teletienda que con un aparatito te deja todas las camisetas dobladas igual, la próxima vez que lo vea me apunto el teléfono. Después de un ratito de doblar ropa, que te deja la espalda bien doblada, toca dejarla en su sitio, y es aquí donde empieza el juego "la busca del tesoro", la ropa habitual es fácil de encontrar su hueco, pero ¿dónde se guardan las toallas? ¿y las sábanas de 1,35? ¿y las de 90? Misterios sin resolver.


14/ Las camas y las sábanas torcidas
Hacer la cama, ciertamente, no tiene ningún secreto, pero sólo lo pongo para constatar que por qué a mi no me queda como cuando la hace una madre, todo en su sitio, el dibujo de la sábana paralelo al colchón, igual de la derecha de que la izquierda, y todo liso, liso, sin ninguna arruga, y lo mejor de todo lo hacen en menos de un minuto y con dos viajes a la izquierda y dos a la derecha de la cama para cuadrarla. Lo que me ocurre a mi no puede ser normal, ya con la sobre-cama empiezan los problemas, tiro de una lado, y en el otro no me llega, y estirando y apurando ya llevo tres viajes a la izquierda y tres a la derecha de la cama, tomo distancia y me quedo orgulloso de lo tirante que me ha quedado, lástima que me haya costado cinco minutos, ahora a poner la sábana, la coloco, la pongo, la estiro, un lado, el otro, tengo más de uno que de otro, la vuelvo a estirar, y ahora me he pasado y no me llega para meterla por debajo del colchón, estiro, la coloco de un lado, la vuelvo a colocar del otro (a estas alturas la sobre-cama ya no está tan estirada como al principio), y por fin lo consigo, procedo a doblar la sábana en la cabecera y ¡horror!, la he puesto al revés, el dibujo bonito está al revés, acabo de descubrir que las sábanas no son iguales por un lado que por el otro, el llanto aflora por mi mejilla a sabiendas de que todo vuelve a empezar. Una hora después, acabo de intentar hacer la cama, pero ni por asomo se parece a la que hace una madre.


15/ El frigorífico, hoy he descubierto que era blanco
Siempre esta hay, aportando frío al hogar, conservando los alimentos y tan sólo pide electricidad y que lo limpies una vez cada mucho tiempo, pero hoy se me ha ocurrido quitar uno de los imanes que hay encima de su chapita, para moverlo de sitio y, maldición, el imán que tenía forma de mariposa estaba justo encima de un dibujo de mariposa blanco igual que había en el frigorífico, medito un poco mejor mi conclusión, tomo distancia y me doy cuenta que lo único blanco del frigorífico era lo que había debajo del imán, el resto está cubierto de una ligera capa de gris-grasilla que parecía imperceptible. Ante este descubrimiento tienes dos opciones, quitar el resto de imanes y armarte con KH12 o similar y volver a recuperar el color blanco, o intentar volver a colocar el imán en su mismo hueco anterior.


16/ Los baños no brillan como en la tele
Lo siento, pero por más que he pasado los paños, el papel de cocina por la loza de los baños cuando me aparto no me veo reflejado a la perfección como en los baños que salen en la tele, y no lo hago mal que conste, que uso los mismo productos que dicen ellos, es más, hasta miro la etiqueta del producto y en la foto que sale del baño sólo ponen brillos y más brillos. Cuando limpias un baño es cuando más te arrepientes que en tu casa al que te la vendió se le ocurriera poner bidé, no tengo bastante con bañera, inodoro y lavabo, que encima de regalín el bidé. El primer día que limpié el baño, lo limpié y lo limpié, pero no había manera de verlo blanco, ya agotado, me rendí, hasta que me dijo mi mujer que nuestro baño no era blanco, era de color marroncito, y yo dale que dale intentando sacarle el blanco, pero aún así, no brillaban como en los anuncios.


17/ La cocina, ahora me arrepiento de quererla grande (la cocina)
Cuando limpias la cocina te das cuenta que los sartenes salpican, que el microondas no se limpia solo, que el horno tampoco se limpia solo, los restos de la comida que salta en la vitrocerámica no se limpian solos, la mampara extrae el humo pero se mancha y no se limpia sola y que las migas hay que ir quitándolas de la mesa si no quieres que todos los pájaros del barrio se agolpen a la ventana de la cocina mirando lascivamente la mesa. Barrer y fregar el suelo para que luego vuelva a estar sucio, en la cocina es todo uno, cuando la limpio siempre me acuerdo que habría que condecorar como trabajador de año, al que limpie la cocina del restaurante de Ferrán Adriá.


Epílogo: La casa, de territorio hostil a territorio compartido
Y podría seguir con más cosas, ya que cada día me sorprendo con algo nuevo, sólo me gustaría dar un consejo a las madres y a las parejas que sufren con alguien como yo, recordar que la perfección no existe, lo importante es participar, la limpieza no es una competición, y más vale intentarlo que no hacerlo. De todas formas, cocinar siempre será lo mío.


4 comentarios:

  1. Toda la serie de la limpieza ha sido genial y el epílogo ya me ha dejado sin palabras, muy tierno. Es verdad, es mejor compartir las cosas se hagan como se hagan y mejor intentarlo que no hacerlo.
    Eso sí en la cocina no tienes rival y yo me quedo en una simple pinche de cocina, lo intento pero hasta ahí llego y no me importa, la verdad, tus comidas son de 10 por no decir de 100 (es que esa nota no se da que si no...).

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  2. Gracias por tus palabras, pero hasta en la cocina lo importante es participar, y a ti te encanta participar comiendo lo que hago.

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  3. Viendo el epílogo, supongo que la serie de "limpieza del hogar" ha tocado a su fin. Casi me da pena, con lo entretenidas que eran. Muy divertidas, tus reflexiones. AnaMar ha disfrutado como una enana con ellas.
    Besos.

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  4. Sí todavía esperabas más es que me esperan sorpresas nuevas en mi reencuentro con este mundo, tiemblo sólo de pensarlo, pero no te preocupes, que si hay que realizar una cuarta parte se escribe. Como sabes lo de Ana, con dolor en la tripa de tanto reírse ha acabado. Un besazo.

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