viernes, 25 de marzo de 2011

Diego Ballesteros: la vida en dos ruedas



Su pasión le llevó a recorrer una aventura de 12.822 kms. de Zaragoza-Expo a Pekín-Olimpiadas, pero para Diego esto no era un reto más, sobre dos ruedas habías recorrido ya muchos kilómetros que no tenían metas tan románticas, ni tan intrépidas, pero que precisaban de las mismas pedaladas y también de grandes esfuerzos. Las dos ruedas le hicieron afrontar la aventura de la RAAM, cruzar Estados Unidos de costa a costa, y desde entonces sigue sobre dos ruedas luchando y pedaleando en la vida.


Ayer fue el acto de presentación de su libro "12.822 km de Zaragoza a Pekín en bicicleta" en la Fnac de Zaragoza, fue la primera vez que conocí en persona a Diego después de hablar en varias ocasiones en este blog de la zancadilla que le había puesto la vida en una carretera de Wichita, conocí a un Diego magnífico, humilde y sencillo, muy sensible y sincero, una gran persona.


La sala de la Fnac estaba llena para escucharle y para preguntarle y destriparle el libro, mucho cariño había en esa sala, amigos de amigos que han descubierto a Diego a través de buenas y malas noticias y también algún abuelo majo obsesionado en saber cual era su velocidad media a la hora y cuanto andaba.


También se proyectó un vídeo de su aventura, de su viaje de conocer personas, gente que no te conoce de nada, que no habla tu idioma y a la que llamas a las puertas de sus casas después de haber pedaleado durante 8 ó 10 horas, sudado y desaliñado, sin aire para hablar y con hambre y sueño, ¿qué haríamos nosotros si llama a nuestra puerta alguien así?


Compré el libro que tengo ganas de leer, más que por la propia aventura deportiva, que me agota sólo de pensarlo, me atrae como a él, las gentes, sus mecanismos de comprensión cuando nada tienen, quien pudiera aprenderlos para ser  un poquito mejor persona.


Elegir el deporte de la bicicleta es muy sufrido, si quieres hacerlo bien, entrenamiento duro todos los días, kilómetros de ida, kilómetros de vuelta, viajes sin destino que te llevan a un sitio después de haber sudado y sufrido sobre las dos ruedas, para despedalear lo pedaleado y volver al punto de origen. Además para querer participar en una competición entrenar un montón para ir allí a sufrir un poco más, hay que tener una gran fuerza psicológica y ser muy fuerte mentalmente para subirte a un bicicleta.


Diego sigue con su nuevo reto, subido a dos ruedas, pero bajo su aparente fragilidad y delgadez, hay un corazón que bombea por los dedos, y que le llevará a conseguir superar todo lo que quiera, las barreras como los puertos de primera no son más que eso, cosas a superar para luego bajarlas a toda velocidad.


En la ecuación de la vida problema-solución, Diego es el ejemplo para resolver el problema y acertar con la solución. Un ejemplo de vida, bravo Diego.


Desde la azotea siempre se ve todo mejor, ¿no os parece?

2 comentarios:

  1. Fué impresionante verlo en persona y contar sus aventuras con sencillez y con humildad. Sobre todo de su gran aventura se queda con la gente que conoció y le acogió y esa es la mayor lección que nos quiere transmitir, aún en tiempos de crisis, las personas podemos hacer mucho, mucho por otras personas, sólo hay que quererlo.

    ResponderEliminar
  2. Muy cierto, la gente por más que los telediarios todos los días nos quieran hacer ver lo contrario, la gente es maravillosa.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...