lunes, 27 de junio de 2011

La ciudad a vista de bici



Por mi cumpleaños y apoyada en una conspiración judeo-masónica con Mr. Kalavias, mi mujer me regaló mientras volvía del hospital con una cesárea reciente una bicicleta, mi primera impresión fue de pavor y terror, hacía que no me montaba en una bici más de veinte años y sentía los mismos nervios que tiene un niño cuando le regalan la primera bici. La bici es estilo retro o vintage, por lo que va bastante con mi personalidad y además es negra, con lo que ambos vamos conjuntados. Después de romper la primera fase crítica de estupor, el primer fin de semana estuve dando vueltas a mi urbanización como un niño tonto para ver si tenía piernas para aguantar más de un minuto sobre algo que tiene dos ruedas, la experiencia no fue mala. El miércoles me harte de valor y me fui al curro en bici (el lunes y martes necesitaba ir en coche por cuestión de médicos y revisiones), marché por el mismo camino que hago en coche, pero aunque lo hice con tranquilidad es cierto que hay que ir con precaución y tener cuidado en los cruces. Mr. Kalavias y mis compañeros de oficina alucinaron al verme llegar en bici casi tanto como cuando el hombre pisó la luna. Mr. Kalavias me indicó otro recorrido para llegar a la oficina que es el que hice al día siguiente y que verdaderamente es una maravilla, unos 4 kilómetros de ida y 4 de vuelta rodeando ríos, árboles, naturaleza, la nueva arquitectura de la ciudad, parques y sin cruzarme con un sólo coche, os lo cuento:


Salgo desde mi casa por debajo del puente que conduce al barrio de Santa Isabel, tomando la ribera del Gállego con dirección al Ebro. Se cruza un puente de madera y se toma toda la ribera en todo un camino que sorteas hojas de árboles y pájaros que se van cruzando por tu camino.


Llegas al Ebro y tomas hacia la derecha camino hacia los puentes. No penséis que no voy por el carril bici, lo que pasa que ir en movimiento y tirar fotos con la cámara, dada la poca experiencia que tengo en bici me costó algún susto que otro, y por supuesto salidas de carril, por suerte mi camino no está muy transitado.


Vas pasando los puentes y en el ambiente un olor a plena naturaleza se va percibiendo con sutil naturalidad, te impregnas de olor a hierba a cortada y con la humedad mañanera del río en estos días calurosos de junio.


Se cruza el Ebro por el puente del azud, puente que por supuesto ni había pasado nunca, ni había estado tan cerca de él como estos días.


Desde el puente unas vistas maravillosas del Ebro y sus puentes, a un lado los otros puentes nuevos de la ciudad parece que fabrican un puente diurno por el que el río se introduce.


Al otro lado, el Pilar y los puentes de siempre, por el de las Fuentes estaría pasando yo con el coche y me estaría perdiendo todo este viaje lleno de naturaleza y salud.


Siempre en todo momento no se abandona el carril bici, de aquí se continúa por Echegaray y Caballero, para tomar la derecha y por un camino que se introduce por debajo del polideportivo Alberto Maestro enlazas con el Parque Bruil y tras unas pocas pedaladas ya te encuentras en la oficina, sin haber cruzado un solo coche de motor de gasolina o diésel, lo que se agradece bastante por mis pulmones.


A las 3 de vuelta se toma de nuevo el mismo camino al revés, un buen rato por Echegaray y Caballero hasta que se toma el puente del azud y se siguen las riberas del Ebro y del Gállego.


Este es el puente que hay que cruzar de pasarela de madera sobre el Gállego, en el que todas las veces que me ha tocado pasar me he tenido que cruzar con una bici, y a pesar de que yo creía que no sería capaz de hacerlo sin dejar la dentadura en la pasarela de momento no ha habido ningún incidente ni mío ni del desafortunado que le tocaba en ese momento compartir puente conmigo.


Y tras unas cuantas pedaladas más ya casi estoy en casa, este último trozo es el camino peor ya que es como de gravilla, pero se puede aguantar ya que es tan sólo unos pocos metros, detrás de los árboles de la izquierda está el puente de Montañana. Y así lo voy a intentar hacer todos los días que pueda y que no necesite el coche para hacer otras gestiones. Una nueva vida empieza un poquito más sana y sobre dos ruedas.

6 comentarios:

  1. Me alegra muchísimo esta nueva etapa "deportiva" que has iniciado aunque eso suponga que en un futuro yo también tenga que comprarme una bici para acompañarte al trabajo. No sería muy normal que yo fuera en coche y tu en bici, no? Un hurra por el deportista!!!!!!

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  2. Eso, eso, que no te vas a librar, ya te estás poniendo en forma y los dos en bici aunque nieve.

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  3. si la vida se ve de otra manera en bicicleta,¡¡animo!!, que lo malo es solo al principio, luego veras como no la dejas

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  4. Hola chicos, pues muy bien me parece.Solo falta que planten un barco en el medio de zaragoza y....Verano Azul!!!!!!!!Un besito.Por cierto, a la pequeña quieen la va a llevar????

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  5. Gracias Javier por los ánimos, intentaré subirme pero no bajarme.

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  6. Ja, ja, Miguel, ya me veo como el Piraña y con la musiquilla de fondo, casi me da algo. La pequeñaja la montaremos con Ana que creo será más seguro.

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