lunes, 26 de marzo de 2012

Leache III: del bar a casa Sorraco



En aquella plaza correteábamos de un lado a otro, gritando y chillando, llenando de vida un pueblo que agradecía un poco de barullo en verano para no hacer más tristes los inviernos solitarios. Subíamos por las paredes y aprovechábamos cualquier cosa, para de ella hacer un juego. En frente de casa Moriones se ponía en fiestas un carro de los que días antes habían estado llevando el trigo a Aibar, se le colocaba un toldo y ya teníamos escenario de fiestas. Música, gamberradas, cervezas, zurracapote, cenas por las casas, blusa de fiestas y risas, muchas risas.


Las paredes de las casas rezuman historia sin contar, puertas cerradas al tiempo, con dovelas haciendo un arco de medio punto, que parecen diseñadas para enanos se esconden entre las calles al pie de bancos de piedra que recuerdan conversaciones que se lleva el viento.


Una vez recorrido el atrio, tomábamos la calle de la derecha, en la que me topé con el coche de mi primo y lo primero que teníamos a la izquierda era el bar del pueblo, en la antigua cárcel. Un bar regentado por los del pueblo, a condición de que sólo puede abrirse si están dos socios presentes. Allí hemos vivido mucho, partidas de mus, órdagos a todo lo que se ponga delante, cenas de confraternización, borracheras de barra, chimeneas con dibujos y domingos de terraza al sol.


Al final de la calle se abre una explanada junto a la era de Benito, justo en frente casa Sorraco, la casa de los tíos de mi madre, el gran Fabriciano Gorraiz, gran lector, hombre culto, de hablar apresurado y siempre sensato y su mujer, Pilar Zabalza Salinas, hermanastra de mi abuela, que siempre nos han tenido mucho cariño y por nuestra parte también. Allí estaban también sus hijos, todos varones, Blas, Jesús, Pedro y Adolfo, cuatro grandes personas con las que hemos pasado momentos maravillosos, acompañándoles al campo, subiéndonos en su tractor o preparando la pipa para el zurracapote. En la fachada se pueden apreciar varios arcos tomados de la iglesia de San Martín de Tours. A la izquierda se abre el camino hacia el depósito viejo y donde tenían una huerta con ranas mi tío Fabri. A la derecha la casa de la maestra que abre el paso para llegar hasta el frontón desde este lado.


Si vamos hacia abajo, varias lonjas y el antiguo Ayuntamiento, que en mi tiempo también servía de consulta médica los días que venía el médico del pueblo. Según mi madre aquí estaban las antiguas escuelas y justo da a la trasera del bar. De pequeños esta era una zona donde jugábamos mucho, ya que mi tío Fabri guardaba aquí el tractor y el trigo, y era un sitio fabuloso para empezar un día de caluroso verano o en las sobremesas en las que medio pueblo estaba de siesta. En fiestas parada de chamizo y zurracapote caliente, del que lleva melocotón, cítricos y licores blancos variados para potenciar la fórmula explosiva del mejunje, en sus puertas chistorradas de fin de fiesta y bidones volando por los aires  propulsados por cohetes cual objetos volantes no identificados.


Justo enfrente de casa de la maestra se encuentra casa Teodoro y al final de la calle comienza el camino a Sada por el monte, camino en el que en una curva que se encuentra a mitad de camino las tropas de Espoz y Mina tendieron una trampa a las tropas francesas que iban en su busca y captura, a día de hoy es un buen atajo cuando son fiestas de pueblo y no se quiere tomar la carretera.

4 comentarios:

  1. Alguien ha gritado con voz de ordenador, que salgamos a la Placeta.
    Benito reacciona primero y yo le sigo con Iñigo, hasta las escaleras de " la puerta de atrás ".
    Mi padre, a la fresca de la tarde, sentado en el primer escalón, sonrie a la chavalería.
    Te veo con el mismo gesto de sonrisa cómplice. En el centro. Sentado en la pared de la iglesia, de espaldas al atrio, balanceando las zapatillas a un metro del suelo. Todos rien " la próxima " que quieres organizar, mientras agrandas la idea, haciendo cruz con los brazos.
    Oigo a mi padre : " Este mocé, tiene cada ocurrencia..."

    Es una grata sorpresa encontrarte, y en paisajes que los dos queremos.

    Estoy escribiendo una pequeña historia de la que son co-protagonistas, varios Salinas de casa Sorraco. Creo que te interesará.

    PedroJavier . pjaviersola@hotmail.com

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    1. La grata sorpresa es mía Pedro Javier, me ha encantado el mini relato, visual y sincero a partes iguales.

      Lo de la historia de los Salinas por supuesto que me interesa, de hecho voy de vez en cuando a Pamplona (cada vez que me dan cita) para reconstruir mi genealogía, y tengo algunos datos de nacimientos por si te interesan. A la vez en los ratos libres estoy documentando la vida de Domingo Moriones Murillo y su padre Francisco, del que reza la placa del ahora Ayuntamiento y antes Casa Moriones, que fue parte de la caballería de Espoz y Mina. Para cualquier cosa te dejo también mi correo:

      david@dogocreatividad.com
      davidaldia@gmail.com

      Un agradabilísimo saludo y recuerdos para toda tu familia.

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  2. Estamos haciendo investigaciones, que en algunos casos, son paralelas. Tengo publicaciones sobre el general Moriones, del que siempre he estado interesado, pero en el archivo municipal de Egea de los Caballeros, donde vivió parte de su vida, y está enterrado, no he encontrado nada interesante.
    Creo, que a ambos nos interesan los datos que el otro pueda proporcionar.
    Continuaré por el e-mail.

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  3. Yo voy a irmetiendo los datos que voy obteniendo en un blog que he abierto para ir colgando toda la documentación que tengo, que es amplia, de Ejea de los Caballeros tengo algún dato, ya los comentaremos.
    Continuamos por e-Mail.

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