Gasteiz, verde, que te quiero verde

Empezaba este uno de enero la ciudad de Vitoria-Gasteiz con un color nuevo, o mejor dicho, con un verde mucho más intenso, ya que el verde acompaña a la ciudad al igual que las aceras te guían a las casas. Se convertía Vitoria-Gasteiz en la European Green Capital 2012, un premio para una ciudad que trabaja su naturaleza y su estado medio ambiental como pocas.

En la plaza de la Virgen Blanca te topas con esta bonita acción integrada dentro de la urbe, el nombre de la ciudad relleno de un césped verde, que no siempre se puede disfrutar en la plenitud de su color, gracias a los cielos nublados y las lluvias que son inherentes con esta ciudad. Allí, entre los monumentos de viejas batallas, las ceremonias eclesiásticas de otros tiempos y los potes en los bares cercanos, recuerda a los visitantes, algo que los vitorianos saben muy bien, lo que cuida su ciudad el medio ambiente.

En 2008 la Unión Europea instauró el premio de European Green Capital, y Vitoria, cuatro años después ya lo ha conseguido, siendo la tercera ciudad europea, después de Estocolmo y Hamburgo en lograrlo, en el 2013 recogerá su testigo la ciudad francesa de Nantes.

Más allá de la "titulitis" que supone, y de los quebrantos que a los ciudadanos estas acciones ocasionan, en sus presupuestos y en acciones superfluas, es una buena noticia que te otorguen un premio por cumplir las normas medioambientales, por crear programas que lo mejoren y aporten un desarrollo sostenible, y por ser un modelo de ciudad y ejemplo de prácticas sostenibles.

Así Vitoria-Gasteiz marca su futuro y se compromete a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 25% para 2020; trabaja por impulsar la "revolución verde" en el transporte, fomentando el uso de los transportes públicos, así como de la bici y la movilidad del ciudadano; cuidando su anillo verde y espacios naturales alrededor de la ciudad; protegiendo su aire, que es de la más alta calidad según una puntuación de la Unión Europea; eliminando la contaminación acústica con mapas de ruido; todo un plan para combatir los residuos, uniendo reducción, reutilización, reciclaje, concienciación y responsabilidad ciudadana; y finalmente ahorrar en el consumo del agua fijando un consumo inferior a 110 litros por día.

Todo un proyecto de ciudad, que más allá de las medallas políticas, trabaja para la calidad y bienestar de sus ciudadanos, una iniciativa que se lleva a la ciudad, con la acción que hemos visto al principio o forrando las columnas de sus edificios de un verde simbólico que se arropa del verde natural de las estatuas de bronce que las custodian.

Vitoria-Gasteiz es una gran ciudad, envidia de muchos por su concienciación ciudadana, ejemplo de imitación para otras ciudades, que se queda sólo en eso, en una mera imitación. Cierto es que su climatología, áspera y fría para sus ciudadanos, alguna ventaja tenía que tener.

Enhorabuena a la ciudad y a mis ciudadanos-amigos, disfrutar de un premio, que para mi, la ciudad lo ha tenido desde siempre.