lunes, 16 de abril de 2012

Mi Motoretta y yo



Mi motoretta y yo éramos uno, desde el primer día que llegó a mi, estábamos hechos a imagen y semejanza, sus gordas ruedas y su sillín enorme, hacían juego con grueso cuerpo juvenil. Con ella recorrí una carretera hasta donde acaba el mundo, me estrellé contra paredes, coches y viñedos, caí en zarzales y probé la resistencia de las piedras al impacto adolescente de la velocidad. Juré no abandonarla ningún verano, pero no cumplí la palabra, ahora duerme abandonada, entre óxidos y telarañas en la bodega de nuestra casa de Leache, pero que sepas motoretta que yo nunca te he olvidado.


Mi motoretta llegó, como tantas cosas, a finales de junio, en justo premio a haber aprobado, y bien, todas las asignaturas de octavo de EGB. Anteriormente mi hermano y yo compartíamos una GAC clásica, de las de toda la vida, pero el compartir era mucho decir, si mi hermano iba para la derecha, yo quería ir para la izquierda, y así siempre, así que acabábamos a garrotazos por la bici y al año siguiente se optó por comprarme una a mi y así evitar problemas. Desde que la vi en la tienda supe que quería una con ruedas anchas para ir por los caminos de Leache.



Me gustaban otras, para ser sincero, pero la motoretta era la única de ese estilo que se podía plegar por la mitad, y eso facilitaba su transporte si la queríamos llevar de un pueblo a otro, así que tuve que admitir barco como animal de compañía, aunque luego me cautivó como bici. Lo más curioso del tema es que aquel verano viajó plegada para llegar a Leache, y desde aquel día no se volvió a plegar nunca más ya que se quedó allí para siempre, nunca abandonó a su pueblo.


Pero si por algo era característica la motoretta era por su sillín, seguro que con uno más austero y más estirado y hasta con respaldo para los riñones, como llevaban otras, se habría vendido mucho más esta bici, pero el que la diseño, me imagino que pensó que para andar por caminos duros, llenos de piedras, no había nada mejor que un buen sillín para amortiguar las posaderas, y así lo hizo, le colocó un sillín que más parece un sofá de tres plazas y que doy fe de que era cómodo, cómodo.


Piñones y platos no tenía más que uno, pero no necesitaba más, cuesta abajo camino Aibar era imparable, entre ella y mi peso en caída libre llegábamos a sentir la velocidad del sonido, claro está que de tanta vibración se tambaleaba la rueda delantera y más de una vez si se me soltaba el pie del pedal, de tan rápido que le daba, me zigzageaba la bici y acababa en un zarzal junto a una viña, cubierto de heridas y volviendo andando, maltrecho yo, y maltrecha la bici.


Para las subidas era más dura, por que si algo tenía esta bici era peso, intentar levantar la rueda de adelante ya precisaba de bastante fuerza, así que subir las cuestas exigían de tirar de buenas piernas y de ir casi siempre de pie en la bici para pedalear con más fuerza. Algo que la convertía también en un poco blanda respecto a las otras bicis de ruedas anchas, es que tenía soporte para aguantar de pie, siendo lo suyo de estas bicis, aguantarse sobre una pared o estar tirada en el suelo. Era un híbrido entre las GAC normales, como la de mi hermano, y las bicis de cross.


Frente al escudo de GAC y en la rueda delantera, llevaba una horquilla que le confería un aspecto más deportivo. Con esa parte y la rueda es con la que impacté de frente contra el GS de mi primo Pedro en una de las calles de Leache como conté en otro post, pese a quedar como un ocho, fue reemplazada por otra, aunque tuve que hacer propósito de enmienda y prometer no ir como un loco por las calles de Leache, asunto que prometí para no cumplir en el momento que volví a hacerme con mi bici restaurada.


El manillar del freno también era muy curioso, en la parte final portaba una bola esférica que ayudaba a aguantar bien la mano y a frenar con fuerza, la pena era que dejaba desgastar tanto los frenos que ya podía apretar todo lo que quisiera que las zapatas estaban tan gastadas, que había que ir rezando unos cuantos rosarios si no querías comerte lo primero que se te venía delante. Además, con esas bolas he rascado bastantes de las paredes de Leache, bien por despistes o por intentar apurar demasiado, las bolas me salvaban de no darme un golpe en los dedos meñiques.


Finalmente, en la parte trasera llevaba una parrilla que venía muy bien para poder llevar un balón, ya que llevaba una pinza que ayudaba a sujetarlo, o también servía para intentar que alguien pusiera la mano y soltarla como si fuera una trampa para ratones.

Así, mi motoretta y yo pasamos muchas aventuras en los caminos y las calles de Leache, a la piscina iba sola y entre huertos meter sus ruedas en el agua era todo un placer, pero tras varios años, llegó otro junio y por buenas notas nos regalaron una bici de las que se denominaban "de carreras", aunque de eso sólo tenían el apelativo, ya que si cualquier ciclista hubiera tenido que correr con una de ellas no hubiera aguantado ni el primer puerto de lo que pesaba, pero eso sí, llevaba calapiés, dos platos, cinco piñones con cambio y un manillar como los cuernos de un carnero. Su llegada llevó al ostracismo a las dos GAC que había en casa, poco a poco las fuimos abandonando, con todo lo que nos habían dado.

El último año no se me ocurrió otra maldad, que armado de llave inglesa y destornillador desmonté la bici de mi hermano y con su rueda delantera fina, se la coloqué a la motoretta, al principio me hizo gracia, pero con el tiempo hay que reconocer que el resultado era deplorable, daba pena verla a mi motoretta con lo que había sido, y así aguanta ahora, sin su rueda original, olvidada en la bodega de casa de Leache, entre tarros vacíos y mesas viejas, esperando a que algún día la desempolve y me de con ella una vuelta por el pueblo. Va por ti motoretta.

Imágenes retocadas de bicinova.com.es

12 comentarios:

  1. Yo y mis hermanos, como vitorianos y teniendo la fábrica al lado de casa prácticamente, éramos de BH.
    El recuerdo que yo tengo de las bicis es que aprendí a montar con dos ruedas en la bici de una amiga y le pinché la rueda. Se enfadó tanto que ya no me la dejó nunca más.

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    1. Así me gusta, proteccionismo regional, y a tu amiga que le den por antipática.
      Un beso.

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  2. mucha categoría y alto nivel chaval.... consérvala.... peaso sillín de alto nivel...... ya me hubiera gustado pillarla a mi, guau!

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  3. Yo también era de BH, roja y con un sillín parecido al de la Motoretta de David. Y para compartir con mi hermana, con la que escasamente me llevo un año de diferencia.
    Pero dime una cosa, David: ¿has retocado las fotos, o has llevado la motoretta a un tren de lavado de lujo antes de hacerle fotos por todos los costados? Está reluciente, reluciente. La pintura (falta de pintura más bien en algunas partes) delata el uso, pero el sillín, las ruedas, la cadena... parecen nuevos.

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    1. Ja, ja, las fotos no son de mi bici, son del post que he puesto debajo, un crack que tunea las bicis, la mía estará para verla, cuando pueda ya le tiraré una foto.
      Un saludo, guapa.

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  4. nunca es tarde para volver, una rueda nueva y un par de ajustes pueden devolver a la motoreta al asfalto.

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  5. Ja,ja,ja,ja. Estoy leyendo el post y te imagino por las cuestas de Anguiano. Eso si era un buen examen para "saber" andar bien en bici. Yo en mi juventud era un crack de la bici.Anda que no he subido veces a Valvanera, Brieva, las Viniegras...Y bueno lo mejor era bajar sin frenar hasta el fronton!!!!! Un poco tontos si que eramos, por que luego habia que subir!!!! Y lo repetiamos varias veces!!!!

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  6. Ja, ja, no veas cómo me he reído con tu respuesta.
    Un abrazo.

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  7. Muy muy guapa la jaka esta. Estoy restaurando una derbi panther y tenia mis dudas sobre el color que iva a ponerle ya que la pintura original estaba echa una pena,pero después de ver esto creo que verde "nuclear" y negro me a convencío jjej. un saludo a todos.

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    1. Muchas gracias amigo, que te vaya bien con la derbi panther. Un saludo.

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  8. Grande bici e indestructible yo la tuve muchos pero que muchos años y bajaba escaleras , iva por campos , saltaba rampas y en las bajadas como dices era inalcanzable, me gustaría conseguir una ,
    Un saludo
    Paco

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