lunes, 5 de noviembre de 2012

Claves de una crisis III: el fin de la casta política



Si algo ha puesto de manifiesto esta crisis es la verdadera crisis política que padecemos, lejos queda el verdadero sentido y origen del concepto política en estos tiempos. Política tiene su origen en el latín "politicus" y del griego “πολιτικός” (“politikós”) que significa "de los ciudadanos" o "del Estado. Hoy en día ser político tiene más que ver con un oficio que con una vocación altruista y alejada de los intereses privados. La sociedad ha visto este cambio y cada vez se ha cansado más de una casta que busca votos para alcanzar el poder y no se quita la máscara para que no vean sus verdaderas intenciones. Aquí están algunas de las causas de este desprestigio:


1/ Si eres político, adiós a la moral, adiós a la ética
Lejos queda la confianza que nos deberían de transmitir los políticos, lejos queda que sean un ejemplo de moral y de ética, en un mundo perdido de valores, nuestros representantes crecen fomentando la mentira, el enriquecimiento fácil y el amiguismo como forma de conducta.


La catadura moral de nuestros políticos se aleja mucho de lo que proclaman, se protegen entre ellos, negando la denuncia y cubriéndose las mentiras de los unos con los otros. Asistimos a un espectáculo lamentable, del que quedan infinitas pruebas testimoniales, en los que se dice algo para luego poder hacer todo lo contrario, y es que donde dije digo, digo, Diego.


Algunas generaciones pudimos todavía asistir al entierro político de representantes que poseían una verdadera catadura ética y moral, gente que no se dejaba vender, y que las ideas para ellos eran mucho más importantes que la mentira y la deslealtad. Hoy, con el paso del tiempo, miras la figura de un Adolfo Suárez y te das cuenta cuánto de culpa tienen en esta crisis los políticos que tenemos.


Y es que nuestra crisis no es económica, nos digan, lo que nos digan.


2/ Lo importante es ganar, sea como sea
Cuando hay elecciones, todos cambian la cara, se ponen la careta y prometen y prometen, para conseguir ganar, nos hacen ver un mundo de buenos y malos, donde unos son el diablo y otros son los ángeles. Lo lamentable es que sin haber acabado de recontar todos los votos, ya se comienzan a quitar las máscaras y a repartirse un botín robado a unos ciudadanos.


3/ Miente y ganarás
La mentira se ha quedado como el eje de unas campañas electorales. Nos prometen y prometen, elaboran un programa que luego no cumplen y nadie se lo exige, nadie les obliga a cumplir lo que prometen, y entre ellos que deberían exigírselo, se tapan y se callan, ya que todos tienen mentiras que tapar.


Y cada vez es mayor la desvergüenza, el partido popular en estas últimas elecciones generales, ha rozado el límite, llegó a una mayoría absoluta arropado en bajada de impuestos, crecimiento, fin de una crisis, no subir el IVA, no hacer recortes sanitarios ni en educación, … para luego ver y vivir lo que está sucediendo en la actualidad. Debería ser denunciable conseguir algo con engaño, por medio del fraude electoral, si así fuera, cambiaría muchísimo el escenario político de este mundo.


Y en esto de las mentiras no se libra ninguno, si uno miente, el otro más, nadie se libra, todos se merecerían el mejor monumento a la mentira. Luego le piden a la sociedad que tenga valores, que la juventud sea sana y sincera, con su ejemplo, lo tenemos claro.


4/ Un sistema electoral para prologar el chollo
Pero los políticos no mienten por casualidad, saben que se tienen que someter al voto del pueblo para conseguir estar en el meollo y en los chanchullos, todos entienden que está permitido mentir para conseguirlo. Los que no lo tienen tan claro son los ciudadanos, de los que consiguen abstenciones de récord, pero eso no les preocupa, saben que les beneficia, que en las últimas elecciones generales, casi los mismos votantes que otorgaron una mayoría absoluta al PP, es decir 1/3 del censo no votase a nadie,  y cambiar un sistema electoral para que puedan opinar estas abstenciones no les interesa a ninguno de los partidos grandes. Luego nos dicen que les pidamos el cambio electoral a nuestros políticos a sabiendas que ninguno lo va a hacer.


5/ Y es que cuantos menos voten mejor
Hay está la clave del engaño, conseguir fanáticos de un bando y de otro, al igual que en el fútbol, si quieres a un equipo, odia al otro, así me votarás siempre por oposición al contrario. Es que a ningún político le preocupa lo que opina más de un 30% de la población, que en la situación actual, o no tiene a quien votar, o le da todo igual, y eso no es culpa del ciudadano, es culpa de los políticos.


En las últimas elecciones generales, un tercio de la población, prefería pasar, y los votos nulos o blancos, tenían casi la misma participación en votos que partidos como Izquierda Unida y UPyD, pero a ningún político le interesa reconocer que no representan a un tercio de la población.


En las últimas elecciones gallegas ha vuelto a pasar, de una forma más brutal si cabe, mientras más de 650 mil gallegos otorgaban la mayoría absoluta al PP, casi 900 mil no se encuentran representados en un parlamento. Por contra los ganadores opinan que representan a todos los gallegos y enarbolan su mayoría absoluta callando a todos los que no representan.


Y hay está el secreto fundamental para engañar a unos ciudadanos, derivar el problema entre socialistas y peperos, buenos y malos, dependiendo de quien lo diga, haciendo que los que no se sienten representados, tengan menos ganas de votar y sigan absteniéndose y aguantándose con lo que tienen.


6/ El sistema democrático, un sistema enfermo por los vicios de nuestros políticos
Ellos mismos se han encargado de crear una democracia acorde a sus fines, nos dicen que la democracia es la verdadera representación de las decisiones soberanas de un pueblo, pero como hemos visto se niegan a facilitar que así sea, nos piden que si queramos cambios se los pidamos a nuestros políticos, pero ellos nos mienten, nos dicen que sí, y luego hacen lo que quieren, a modo de cebo nos dicen que van plantear la reforma electoral, pero en cuanto están en el poder se olvidan en cuestión de segundos.


Todas las decisiones que toman, se basan en sus propios intereses, las miden en relación con los votos que pueden ganar o perder, muy lejos de los verdaderos intereses generales que representan o de la opinión de la ciudadanía. Hay en países donde decisiones importantes, independientemente del partido que gobierne, se realizan plebiscitos en los que se pregunta a la gente su opinión, aquí, en España, es algo inimaginable, a nuestros políticos no les interesan nuestras opiniones en temas concretos, realmente, no les importa lo que pensemos.


7/ Decisiones dependiendo de las elecciones
Son tan crueles que son capaces de postergar decisiones importantes si tienen pronto unas elecciones, aguardan recortes y leyes polémicas hasta ver el resultado de una Comunidad Autónoma o de Ayuntamientos, les da igual que nos cueste dinero ese retraso, lo importante siempre es ganar. Así ha pasado recientemente con las elecciones a las comunidades Andaluza, Gallega o País Vasco, y pasará con las elecciones catalanas o con las que vengan, todo por no perder.


8/ Por el bien general, mi interés particular
Y si algo es triste, es que además, se les llena la boca diciendo que lo hacen todo por el bien general, un bien que sólo lo viven ellos. No es un interés general reformar un sistema electoral, o que la gente no se quede sin casas, o que se robe y no se devuelva el dinero, … eso no es el bien general, por contra, recortar y recortar y recortar, sí que corresponde al bien general. Goya ya lo plasmó hace siglos, y por lo que veo, poco hemos cambiado.


Nadie mete mano en la corrupción y todos tiemblan para que no salga alguien de su partido en las portadas de los periódicos del próximo día, entre unos y otros se encubren, se tapan, realizan comisiones de investigación que saben no llegarán a nada y evitan tomar decisiones en pos del bien general, para disfrutar del interés particular.


9/ Para ser político, mira hacia otro lado
La gente sale a la calle, la juventud se siente perdida y no representada en un sistema político caduco que ya no entiende. Ante sus peticiones, los políticos les responden con desprecio, ignorándolos y llamando algarabías a la opinión de la gente manifestada de una forma democrática. Cuando los políticos desprecian el poder de la calle y no les interesa lo que dicen, los políticos dejan de representar el verdadero sentido de su deber y se vende a sus intereses partidistas y particulares.


10/ Corruptos con libertad para robar
Nos dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y se quedan tan anchos, ellos, de los que se ha demostrado los millones que han despilfarrado y robado a todos los ciudadanos, son capaces de insultarnos y señalarnos con el dedo y a sus corruptos, alejarlos del mercado sin apuntarlos con el dedo y ajusticiarlos públicamente. El mapa de la corrupción española lo dice todo.


No hay partido de los grandes que no tenga nada que callar, ninguno es ejemplo de nada, pero nadie paga con responsabilidades políticas, roban y roban con total impunidad a sabiendas de que la pena que les pueden imponer es casi de chiste.


Políticos que un día son puestos como el mejor de los ejemplos, obtienen el apoyo de los que hoy son presidentes del gobierno, y ahora que se les pilla con las manos en la caja, desaparecen y no opinan, y menos para criticarlos. No deberíamos de pedir algo de moral y ética, al que un día encumbró a una persona y luego, al descubrirse lo que se descubre, no es capaz de hablar a los ciudadanos y a sus votantes para decirles lo equivocado que estaba. Pues no, no podemos pedirlo, eso significaría tener algo de ética.


Casos de corrupción que asolan comunidades autónomas, donde luego son elegidos mayoritariamente en las urnas, aún a sabiendas de la corrupción. El "hooliganismo" de los votantes de un partido, sólo porque no gane el opuesto, son capaces de preferir un ladrón como presidente, al enemigo en el poder, es mejor conocer a quien te roba a que vengan ladrones nuevos. Es triste, pero es así.


11/ Y lo peor es que no hay opciones
No tenemos alternativas, acabamos votando, si votamos, el malo mejor, o acabamos no votando para no ensuciarnos las manos y tirarnos de los pelos al ver que es lo que hacen con nuestros votos, y como lo que prometía se convierte en palabrería. Observamos luchas por el poder, desde un punto personalista, con figuras ya gastadas y que nada representan. Hace falta un cambio, pero los políticos se niegan a cambiar.


Y los afiliados hacen el trabajo sucio, con sus votos ayudan a sus dirigentes a perpetuarse en un poder en el que el "y tu más" lo centra todo, donde no hay puntos de acuerdo y si los hay es que algo va mal.


12/ Gordillos, Condes, Angladas, Laportas y otros especímenes
Al calor de esta casta política nacen personajes que tienen hueco entre tanta vulgaridad, unos con más razón, otros con menos, pero todos con razones para tener un hueco en un sistema político lleno de perversión y de sitio para los extremismos. Gordillo se lanzaba este verano a las carreteras con esquemas de un viejo comunismo, loable en sus principios, pero anticuado y arcaico en sus acciones.


Marío Conde, un banquero pasado por prisión pedía el voto en una Galicia para la que reclamaba el poder de una sociedad civil y democrática. Josep Anglada en Cataluña, oculta sus intereses xenófobos con la palabra libertad en una pancarta.


Laporta, con el bagaje que le da el paso por un club de fútbol, se erige en un fanatismo independentista que le lleva a brindar con champán francés en lugar de con cava. Y así un montón de personajillos de dudosa catadura moral, pero que están más cerca de la de nuestros dirigentes que lo que nos pensamos.


13/ Recortar de todo, menos de los políticos
Para perpetuar el negocio es fundamental dar de comer a los que te votan, para eso hay que crear una casta política amplia y extensa, cuantos más mejor, así cualquier militante sabe que puede llegar a probar parte del pastel económico del estado. Sabemos que tenemos más políticos que cualquier país europeo, pero eso da igual, lo principal es ganar, lo mejor que el resto del pueblo pague los platos rotos de los que gobiernan.


Dietas, coches oficiales, sueldos, suplementos por asistir a reuniones, más todo lo que se pueda sacar, es justo precio para un voto y para no negar la mano que te da de comer. Así, son capaces de llamarnos derrochadores y de hacernos culpables de una crisis, alejándose de la realidad de un día a día por su propio interés particular.


14/ No pagar, si cobrar
Administraciones que en la mayor parte de los casos han dejado esquilmadas, dejando deudas que han arruinado a un montón de empresas por no pagar, eso sí, que a un ciudadano no se le ocurra dejar de pagar el recibo del agua, el IBI, o cualquier otro impuesto, te embargan hasta los pensamientos en menos de lo que canta un gallo. Unos políticos, que no sólo no crean empleo, sino que ayudan a destruirlo.


15/ Jueces por delante de los políticos
Cuando los jueces se ponen por delante de los políticos y ven una realidad social que nuestros representantes niegan, algo muy grave está pasando. Los jueces se han revelado contra los deshaucios, interpretando la ley de una forma más social, al igual que en otro tiempo determinados jueces lo hicieron con la insumisión. Mientras los políticos, se vuelven sordos y ciegos como una justicia que han decapitado.


16/ Leyes para quitar lo que hicieron los otros, pero no para lo que pide la gente
Además asistimos a un momento de populismo barato, donde la gente con problemas reales más allá de las ideologías, no encuentra respuestas en el parlamento, y en las leyes, leyes que si cambian para derrocar lo que hicieron los otros del aborto o de la educación. Las ideologías deben de ser mantenidas para contentar a los fanáticos fieles que les encumbran al poder, mientras que los jueces y la gente pide soluciones a los deshaucios y tan sólo se dice que se mirará a ver que se puede hacer, y los ministros callan.


17/ Si tu enemigo está débil, ataca, así no sabrá lo débil que estás tú
Los políticos son capaces de cualquier artimaña para hacerse con el poder, aunque eso suponga arrastrar a los ciudadanos a caminos de difícil retorno, y mientras en unas comunidades parece que se entierran las armas, en otras se enarbolan banderas que sólo quieren tapar malas gestiones y fracasos políticos. Pero el político sabe que hay que atacar cuando tu contrincante está casi tan débil como tú.


La mejor garantía para ganar es poner un cebo muy importante, en este caso la independencia, y al final alcanzar un poder, que hubiera pasado factura por sus fracasos económicos. Son políticos, sin moral ni ética, capaces de poner un sueño en la mente de sus ciudadanos de mentiras y medias verdades, pero al menos ilusionar para no ver lo que ocurre cada día.


Así son nuestros políticos, así son los que nos piden que les votemos en las urnas, así son los que sólo esperan que si no estamos de acuerdo no votemos, y que rezan cada día o se encargan de cercenar a todo aquel que llega a intentar cambiar un poco su sistema de bienestar. Nuestra crisis dicen que es económica, pero viendo a nuestros políticos, uno se da cuenta de que nuestra crisis es moral y que nuestros políticos no nos van a sacar de ella.


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