viernes, 16 de noviembre de 2012

Ecos en el Seminario viejo



En las paredes piedras, ventanas cerradas e historias de otros tiempos. En el suelo piedras, baldosas mojadas y cantones inclinados. En el aire, silencio. En Vitoria una fuente rompe la cadenciosa calma, sus gotas rompen y salpican dejando un eco que traspasa el tiempo. Allí pararon antes caballerías y jamelgos, que volvían del campo o que traían de largos viajes a hombres de negro que descendían a sus pies.


Detrás de estas paredes se encontraba un edificio construido por los pobladores de Nueva Victoria, que se llamo la casa del Obispo, que era utilizada por el obispo de Calahorra como aposento, en las visitas pastorales que realizaba a la ciudad cuando todavía no era obispado propio. La ciudad aspiraba a tenerlo, aunque en aquel momento correspondía por derecho a Armentia.


En 1428 se estableció como hospital de la ciudad bajo el nombre de Santa Ana, pasando más tarde a denominarse hospital de Santa María, nombre por el que fue más conocido. Este hospital realmente se trató más bien de un albergue de pobres y necesitados, cumpliendo sus funciones durante unos tres siglos y medio, hasta 1788.


A partir de entonces tuvo los más variados usos, convirtiéndose en casa de maternidad, cárcel de mujeres, de ahí que se le conociera también como la Casa de la Hermosura, audiencia y hasta panadería municipal, siendo conocida en determinados momentos como La Casa de Perris. 


El antiguo hospital fue derribado junto con los solares resultantes del derribo de la llamada Casa de Perris y el palacio de los Urbina, sus terrenos fueron cedidos al obispado y en su lugar se edificó el Seminario viejo, ubicado en el número 9 de la calle Fray Zacarías Martínez, frente a la plaza de Santa María. El Seminario Conciliar fue inaugurado el 1 de octubre de 1880, y que funcionó como tal hasta el 28 de septiembre de 1930, y complementó a otro que ya existía en el Palacio de Escoriaza-Esquivel, muy cercano y fundado en 1853. Se convirtió entonces en un inmenso edificio, ubicado dentro del casco histórico en la ciudad y convirtiéndose en la manzana más grande del mismo.


El Seminario comprende la calle Correría, el cantón de las Pulmonías, llamado así porque está situado enfrente mismo del Gorbea y el viento que sopla allí en invierno lo hace temible, y va de la fachada oeste de la Catedral al Seminario viejo, por el paseaban los seminaristas que se formaban en el seminario, que albergaba a unos 350 jóvenes de todo el País Vasco. También caminaban, a paso de clérigo, por otro cantón, el que une la calle Chica a la cuesta de la Brullería, que se conoce como el Cantón de las Lechuzas, y cuyos ecos todavía parece que se escuchan hoy en día y culminaban su paseo por la llamada senda de los Canónigos. También linda con la Plaza de Santa María y el Cantón de las Carnicerías.



En 1930 al construirse el Seminario Diocesano en la calle Beato Tomás de Zumárraga, se unifcaron los dos seminarios, el viejo y el del Palacio de Escoriaza-Esquivel, y dejaron de ser utilizados para este fin. En 1934, la parte que da a la Correría fue ocupada por la Guardia de Asalto y posteriormente la parte que da a la Plaza de Santa María fue habilitada por la Caja de Ahorros Municipal para viviendas de obreros, otorgándole un aspecto decadente y misterioso.


Cuando cruzas el umbral de la puerta y entras en el interior de la comunidad, parece que viajas por el tunel del tiempo. En un extremo del jardín, casi sin darle importancia, se encuentra una portada románica procedente de la iglesia de Bolivar, posando como si se tratase de un museo abierto. A los lados diferentes tipologías de edificios con fachadas rectificadas en otros tiempos.


Por el patio, entre rosas y abetos, todavía parece escucharse el eco de los presos que escondían en la guerra civil sus puertas. Durante este tiempo los edificios fueron convertidos en campo de concentración y habilitaron sus estancias como cárcel, al igual que el convento del Carmen, las escuelas de Ali, el antiguo cuartel de la Policía en la Correría, la plaza de toros y, para las mujeres, el colegio Sagrado Corazón, y los paseos obligados por la calle Dato con el pelo rapado. Los pórticos han sido cerrados y alguna de sus paredes todavía recuerda alguna ejecución como la del libertario Sixto Barrón.


Del viejo hospital de Santa María se conserva una parte de su portada renacentista de estilo plateresco, que después de su derribo fue montada sobre la entrada de uno de los portales que da acceso a las viviendas. La parte superior fue reemplazada por una hornacina moderna con la imagen de la Virgen. Por la puerta que en otro tiempo viera pasar tullidos y huérfanos ahora se accede a unas viviendas que respiran del silencio de la mañana.


Por dentro las casas delatan todavía su antigüedad, viejas escaleras de madera que crujen en cada peldaño después de muchos años a sus espaldas. Las paredes son frías y la humedad latente, ni en las casas se oyen ruidos, tan sólo mis pisadas y el silencio.


También se conserva la puerta procedente del desaparecido jardín de los Verastegui, integrada en la pared del edificio, tapada y presidiendo una fuente que ya no da agua. 


Los patios y las casas han modificado ventanales y pórticos, deformando su forma original y recordando que detrás de ellas hay mucha historia. Paseo entre sus sombras escuchando la historia de la que hablan sus paredes, de derrumbes y construcciones, de dolor y de vidas rotas, de ecos perdidos en el tiempo.


Vuelvo a salir y la misma fuente me espera, con su mismo ruido, con ese ruido de la lluvia al caer, incesante, monótono, cargado de recuerdos y de ecos en un Seminario viejo.

3 comentarios:

  1. Conozco ese patio interior. Lo descubrí un día en que me pilló la lluvia repentinamente, de visita patrocinada por Vitoria, y entré al portal a refugiarme. Me quedé con la boca abierta cuando lo vi, no quería irme de allí. Es un sitio precioso, desde la calle nada hace presagiar lo que se esconde entre esas paredes.

    ResponderEliminar
  2. Es un sitio mágico, gracias por comentarlo

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...