jueves, 4 de abril de 2013

Rajoy I, el ausente



Hay determinadas cosas que creo que no se deberían permitir, y que sucedan nos indican claramente el nivel humano de las personas que nos dirigen. No entraré en analizar los buenos augurios que nos emplaza "nuestro" presidente Rajoy I, el ausente, en lo referente a la economía, en lo que nuevamente es un bla, bla, bla. Lo verdaderamente importante es el cómo lo hace y cómo lo dice. Tras tres meses sin comparecer ante los periodistas en España, ni ante los españoles, lo hace una vez más parapetado ante un plasma, sin dar la cara y sin aceptar preguntas. Además de una crisis económica, tenemos una gran crisis ética.


De la primera dicen que nos sacan el año que viene, y curiosamente nadie se lo cree, de la segunda, de la crisis ética, a cada día que pasa nos empujan hacia un final más dramático, colocando mucha más presión y dinamita en una gente harta de dar la cara por sus políticos, de pagar sus platos rotos y los de los banqueros, harta de sufrir recortes que ellos no se aplican, para que luego salgan a hablarles desde un plasma, con toda la protección que les otorgan sus amigotes y dispuestos a contar todas las mentiras que hagan falta con la impunidad que da el saber que nadie te puede contestar.


Los periodistas, en un puro ejercicio de no saber bien que hacer, estoy seguro que más de uno se habría marchado y habría dejado a esa televisión hablando sola, que era lo que realmente estaba sucediendo, pero entiendo que la imagen que ayer nos pudieron mostrar era tremendamente reveladora. Por momentos me recordaba ese plano de las películas apocalípticas en las que tras invadirnos los alienígenas o marcianos, el presidente de los Estados Unidos emitía un mensaje a todos los ciudadanos, bien protegido en su avión para que nadie le hiciera nada. Y en cierta forma lo de ayer fue así.


Alguien se imagina al presidente de los Estados Unidos de América dando una rueda de prensa, en un plasma de televisión, estando en el cuarto de al lado. Los pueblos, si se quieren llamar sensatos, tienen que ir más allá de las ideologías y valorar a las personas que tienen delante. Evitar preguntas y no dar la cara a los problemas es un signo evidente de ineficacia, derrotismo y manipulación, mucho más propio de los dirigentes que no tienen nada de democráticos.


Es más, en la mayoría de países hay todo un respeto institucional hacia las ruedas de prensa, los políticos no sólo representan a sus ciudadanos el día en que ganan las elecciones, tienen la obligación de responder y dar la cara siempre que se lo solicite la ciudadanía. El respeto entre políticos y periodistas es tremendamente profesional y en muchas democracias estas faltas de respeto no pasarían tan en balde si los propios periodistas no se dejaran perder en ocasiones por sus forofas tendencias políticas.



Pero "nuestro" presidente desde hace más de tres meses y subiendo no ha hecho declaraciones en nuestro país, tan sólo fuera de él, y controlando las preguntas que le hacían. Si tan convencido está como presidente que el respeto que les debe a todos los españoles es dar la callada por respuesta o bien dejar que le vean por un plasma, sería todo un detalle que hiciera lo mismo en Europa o en cualquiera de sus visitas protocolarias al extranjero, veríamos que decían de él si sólo lo vieran en un televisor, y creo que no serían adjetivos muy halagadores.


Lejos quedan los momentos de período electoral en el que "nuestro" presidente paseaba por la calle y se liaba a estrechar manos de ciudadanos, prometiendo y prometiendo lo que luego no se ha cumplido. Visitaba mercados de abastos, colegios, asociaciones,… todos con palabras bonitas, grandes abrazos y choques de mano, para ahora verlos a través de un plasma.


Está claro que una vez que se consiguen los votos, el trato hacia los ciudadanos cambia, y donde antes había cariño y afecto, ahora hay desprecio y distancia. Lamentablemente, cuando se acerquen los momentos electorales todo volverá a repetirse de nuevo, y se les llenará la boca de decir que practican la transparencia, lástima que confundan transparencia con invisibilidad.


Pero que puede decir un "presidente" que en su perfil de Facebook apenas tiene 90.399 fans, ni sus propios votantes le siguen. Tengamos en cuenta que Kiko Matamoros tiene 108.082 fans, el artista Hueccø 111.664 fans, el propio programa Sálvame 119.928 fans, pero muy lejos de los 10.266.374 de Iker Casillas, los 44.116.384 de Leo Messi o los estratosféricos de 56.244.470 de Ronaldo. También destaca que las imágenes que usan de la declaración que dio en el plasma ponen unas fotos como si las hubiera hecho delante de todos los periodistas, a quién querrán engañar.


En la del Partido Popular pasa un poco de lo mismo, pero con tan sólo 54.797 seguidores, y un más que curioso hashtag #LasmedidasdeRajoy, hay que reconocer que aunque sean políticos y con la que les está cayendo humor no les falta.


Así es como actua "nuestro" presidente, un político que sin lugar a duda se está ganando a pulso el título de Rajoy I, el ausente. Ciertamente muy triste.

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