lunes, 6 de mayo de 2013

Pezqueñines, ¡no, gracias!, pero con mercurio lo que quieras



Después de ver ayer el programa de Salvados ¿Qué comemos? se me encoge el cuerpo. Uno se cree que está informado y que aunque vivamos en un estado corrupto y con una casta política que sólo vive para sus intereses propios, temas como la salud y la alimentación son intocables, y hay organismos competentes que se encargan de velar por ellas y de informarnos de los peligros posibles para nuestra alimentación y salud. Pero por desgracia no es así, nos están envenenando a nosotros y a nuestros hijos sin informarnos y sin alertarnos de los problemas que tienen algunos alimentos.


Todos recordamos desde mediados de los años 80 una campaña que nos informaba que no teníamos que comer peces pezqueñines, que siendo muy beneficiosa para evitar acabar con los pescados en nuestros mares, no es perjudicial para nuestra salud. Pero alguien ha visto alguna vez una campaña que nos informe que no se puede comer nada, y digo nada, de atún rojo, pez espada o pescados grandes en mujeres embarazadas o que quieran quedarse embarazadas, ni en niños hasta 3 años, y que hasta los 12 años no deben superarse 50 gramos semanales de estos pescados. Ni la hemos visto esta campaña, ni posiblemente la veremos.


El mercurio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en suelo, agua, plantas y animales. La actividad del hombre, al incinerar residuos, al usar combustibles o al hacer funcionar las industrias, multiplica exponencialmente la presencia de mercurio en el medio ambiente.


El mercurio llega al pescado a través de su alimentación, de forma que los peces más grandes, los más depredadores son los que acumulan mayor cantidad de mercurio en sus tejidos grasos y que son incapaces de eliminar de sus organismos. Cuando estos peces llegan a nuestros platos llevan una alta dosis de mercurio.


La toxicidad del mercurio es muy alta, según la Organización Mundial de la Salud, uno de sus compuestos orgánicos, el metilmercurio, es uno de los 6 compuestos químicos más peligrosos. Los efectos que pueden producir el consumo de estos pescados y el mercurio inducen a efectos tóxicos en el sistema nervioso, riñones, hígado y órganos reproductivos, y su mayor riesgo es el neurotóxico. En los niños y embarazos es de especial cuidado por sus problemas neuronales. Sólo de pensar que hasta hace pocos días el pescado emperador era el que más le gustaba a mi niña que todavía no ha cumplido dos años me pongo malo.


En el marisco la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) hace la siguiente recomendación al igual que con los peces grandes y el mercurio: limitar el consumo de la carne oscura localizada en la cabeza de gambas, cangrejos, centollos y similares. Con lo que le gusta a la gente chupar las cabezas de las gambas y muchos de ellos sin saber que están ingiriendo altas dosis de cadmio.


El cuerpo humano no es capaz de asimilar el cadmio y tiende a acumularse en el organismo sin poder ser desechado, especialmente en el hígado y el riñón. Se tardan entre 10 y 30 años en eliminar las dosis de cadmio. La acumulación de altos niveles de cadmio puede provocar disfunción renal, desmineralización de los huesos y, a largo plazo, cáncer.


Las espinacas tampoco se libran de la contaminación y no son recomendables para los menores de 1 año. Y sólo en caso de incluir esta verdura en la papilla, no debería superar el 20% de los ingredientes. El problema son los nitratos, uno de los componentes principales en los fertilizantes y abonos. Hacen que las plantas crezcan más rápido, en sí, no son tóxicos, el problema es que nuestro organismo los trasforma en nitritos y éstos si que son peligrosos, hacen que circule menos oxígeno en nuestro organismo y en combinación con otros aminoacidos puede provocar efectos cancerígenos.


Conociendo ahora el problema de las espinacas para la infancia y que no se informe a la población de estos riesgos, seguro que por no alarmar aunque esté en riesgo nuestra salud, me choca toda la publicidad de estas verduras que se hacía en mi infancia de esta verdura gracias al personaje de Popeye. La pregunta sería el por qué no se hacen campañas similares para desaconsejar el consumo de determinados productos, olvidando los intereses económicos y dándonos cuenta que lo verdaderamente importante son nuestras vidas.


Con las acelgas, un plato muy típico de Aragón, también sucede lo mismo que con las espinacas. En la conciencia que la verdura es buena para nuestra salud, no nos damos cuenta que nos estamos envenenando poco a poco. Fundamentalmente por la combinación de venenos que ingerimos en todos nuestros alimentos, individualmente son pocas cantidades, pero si sumásemos todas las partículas tóxicas que consumimos todos los días, tal vez nos daríamos un gran disgusto. Por contra si que nos marcan las calorías de los productos y los hidratos de carbono, pero no sus riesgos tóxicos, para eso tenemos que ser universitarios.


Os dejo con el programa de Salvados para que saquéis vuestras propias conclusiones, pero una es bien clara, sólo nos informan de lo que quieren, que las cosas suceden es lógico, pero que nosotros podamos tomar nuestras decisiones informados es un derecho por el que deberían velar nuestros gobiernos, aunque ya veo que no es así. Fenomenal labor la que realiza Jordi Évole todos los domingos, destapando de una forma sincera y directa aquello que muchos quieren acallar y que no se conozca.


2 comentarios:

  1. JOSE M VILLANOVA6 de mayo de 2013, 13:36

    ¡Enhorabuena David! preparate que ahora te lo vas a pasar cañon. Te lo digo por experiencia, que l asegunda mia tiene 6 meses.

    Un abrazo Goyino

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, no lo dudo, intento disfrutar cada momento.
      Un reabrazo Goyino.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...